Existen muchas acciones que podemos hacer para facilitar nuestro tiempo de descanso, como tomar un delicioso té caliente. También hay algunas que debes evitar para no reducir tus horas de sueño, cuidar tu salud y mejorar la calidad de tu descanso.​La higiene y tu belleza.


Cuidar la salud de nuestra piel es importante a la hora de ir a dormir. No te acuestes sin lavarte la cara o quitarte el maquillaje, ya que esto te ayudará a limpiar impurezas para evitar granos, manchas y arrugas tempranas en la piel.

Realiza tranquilamente tu rutina de limpieza en la piel con productos de belleza especiales, esto te ayudará a rehidratarla, suavizarla y restaurarla de la contaminación diaria.

La cena y tus horarios. Evita irte a dormir con el estómago demasiado lleno, ingerir comidas demasiado condimentadas o con una sensación de pesadez. Las cenas ligeras y al menos una hora antes de irte a la cama son perfectas para una digestión y un descanso adecuados.

Se sabe que ingerir bebidas estimulantes como el café, refrescos azucarados o con cafeína durante las 3 o 6 horas previas a dormir pueden afectar el sueño.

Finalmente, evita las jornadas muy cortas o largas de sueño. Acostarte utilizando el celular o ver demasiada televisión son de las actividades que pueden sobreestimular tu cerebro, evitando que logres el descanso que necesitas y mereces.

No olvides rotar y limpiar periódicamente el colchón, las sábanas y la colcha. Este es un excelente hábito para evitar los invisibles ácaros, bacterias y grasas que pueden acumularse.